Inundaciones y fallas en obras públicas dejan más de 4 mil afectados en Alianza, Valle
La crecida del río Goascorán y defectos en infraestructura financiada con fondos estatales han dejado comunidades incomunicadas y viviendas destruidas.

Valle- La creciente del río Goascorán, sumada a intensas lluvias en la zona sur de Honduras, ha provocado severas inundaciones en la Costa de los Amates, municipio de Alianza, Valle, afectando a más de 4,000 personas y dejando en evidencia fallas en obras públicas por las que se invirtieron más de 50 millones de lempiras.
En Alianza, Valle, más de 900 familias se encuentran completamente incomunicadas y al menos 30 viviendas han resultado completamente inundadas, como consecuencia de las lluvias persistentes y el desbordamiento del río Goascorán. La emergencia ha evidenciado múltiples fallos estructurales en obras construidas recientemente por el Estado, cuya inversión asciende a unos 53 millones de lempiras.
Los pobladores afectados, que enfrentan el aislamiento y el riesgo inminente de perder sus bienes, demandan acciones urgentes de parte de las autoridades. Las comunidades denuncian que las obras ejecutadas no han sido construidas con los estándares adecuados para resistir fenómenos climáticos extremos, lo que ha agravado la crisis actual.
De acuerdo con reportes preliminares de protección civil, el nivel del río se ha incrementado a niveles alarmantes, ocasionando inundaciones incluso en sectores que anteriormente se consideraban seguros. En Alianza y zonas aledañas, las vías de acceso están completamente bloqueadas, y las comunidades carecen de servicios básicos. Una residente, que pidió anonimato, describió la situación como “desesperante”, señalando que hay familias atrapadas sin poder salir y sin sus pertenencias.
Las primeras investigaciones indican que las obras afectadas presentan múltiples deficiencias, incluyendo taludes mal construidos, rellenos inapropiados y ausencia de sistemas de drenaje funcionales. Estas debilidades han provocado el colapso de muros de contención y caminos, exponiendo la precariedad con la que se ejecutaron los trabajos.
Ante la gravedad de la situación, el gobierno ha desplegado unidades de protección civil para labores de rescate, evacuación y distribución de víveres y agua. No obstante, las condiciones climáticas adversas complican las operaciones. Las autoridades han declarado estado de emergencia en la zona y anunciaron que harán una revisión técnica de las obras realizadas, además de buscar financiamiento adicional para asistir a los afectados.
Los habitantes del sector exigen que se tomen medidas estructurales y sostenibles, exigiendo además controles más estrictos en la ejecución de obras públicas. Aseguran que esta tragedia pudo haberse evitado si las inversiones millonarias hubieran sido bien supervisadas y ejecutadas. La emergencia en Alianza pone en tela de juicio la efectividad del control estatal sobre las construcciones financiadas con fondos públicos.