50 años de la Masacre de Los Horcones: memoria y justicia para los mártires invisibilizados
Medio siglo de impunidad y dolor: la masacre que marcó la historia social y política de Honduras.
Tegucigalpa, Honduras- El pasado miércoles 25 de junio de 2025 se cumplen 50 años de la Masacre de Los Horcones, uno de los episodios más oscuros y silenciados de la historia hondureña, que cobró la vida de 14 personas —entre ellas sacerdotes, monjas y campesinos— a manos de terratenientes y militares en la hacienda Los Horcones, Lepaguare, propiedad del ganadero José Manuel Zelaya Ordoñez.
Las víctimas y la memoria
Las víctimas de aquel horroroso suceso fueron: Padre Casimiro Cypher, Padre Iván Betancourt, Máximo Aguilera, Lincoln Coleman, Bernardo Rivera, Francisco Colindres, Fausto Cruz, Roque Ramón Andrade, Arnulfo Gómez, Ruth Mallorquín, María Elena Bolívar, Óscar Ovidio Ortiz, Alejandro Figueroa y Juan Benito Montoya. Este aniversario se conmemora con diversos eventos en Olancho, El Progreso (Yoro), Tegucigalpa y otras regiones, en un llamado a la conciencia nacional para reconocer a estos mártires, muchas veces invisibilizados en la historia oficial.
Contexto y antecedentes
La masacre ocurrió en un contexto de fuerte tensión social y política. Honduras venía de enfrentar el huracán Fifí en 1974 y aún sentía los efectos de la guerra con El Salvador, que provocó una masiva expulsión de campesinos en Olancho. El conflicto por la tierra se agudizó, con campesinos organizados reclamando derechos y terratenientes fortaleciendo su alianza con los militares. La Iglesia católica, progresista y cercana a los campesinos, también fue blanco de hostilidad por parte de los sectores de poder.
En mayo de 1975, la UNC (Unión Nacional de Campesinos) inició una serie de ocupaciones de tierra y manifestaciones para exigir la aceleración de la reforma agraria. El gobierno militar, liderado por Juan Alberto Melgar Castro, interpretó estas movilizaciones como una amenaza política y respondió con represión.
Los hechos
Tras una serie de detenciones arbitrarias, 11 personas fueron capturadas y trasladadas a la hacienda Los Horcones, donde fueron brutalmente torturadas y asesinadas. Horas más tarde, otras tres personas —entre ellas el padre Iván Betancourt y dos mujeres— también fueron interceptadas, torturadas y ejecutadas en el mismo lugar. Los cuerpos fueron arrojados a un pozo y el terreno fue nivelado para ocultar el crimen. Testimonios posteriores revelaron la extrema crueldad de los asesinatos, incluyendo decapitaciones y torturas sistemáticas.
Impacto y consecuencias
La Masacre de Los Horcones tuvo efectos devastadores en el tejido social hondureño: golpeó al movimiento campesino, a la Iglesia, a la academia, a los partidos políticos y a la prensa. Su impacto solo es comparable con otros grandes hitos de la historia nacional, como la revolución de 1924, la huelga de 1954 y la guerra con El Salvador. Sin embargo, lejos de debilitar a los sectores de poder, la masacre fortaleció a la burguesía ganadera y dio paso a una dinastía política que marcaría el rumbo del país.
A medio siglo: el deber de recordar
Cincuenta años después, la memoria de los mártires de Los Horcones sigue siendo un llamado urgente a la justicia y a la verdad. La conmemoración de este aniversario busca rescatar la dignidad de quienes dieron su vida por la causa campesina y social cristiana, y exige que su sacrificio no quede en el olvido ni en la impunidad.
«Pocas acciones irregulares, ocurridas en el país, han tenido, en función de su tamaño y carácter local, efectos más dañinos en toda la historia nacional… Pero con todo, efectos políticos adversos al pueblo, porque al final, fortalecieron a la burguesía ganadera olanchana y dieron paso a la única dinastía política de Honduras.» — extracto de la crónica histórica.
