Las bases militares chinas generan inquietud entre los aliados de EE.U. ¿Se trata de una nueva realidad?
Ejercicios navales sin aviso previo en aguas cercanas a Australia y Nueva Zelandia aumentan las tensiones en la región.

Las fuerzas navales de China han mantenido una presencia constante en las costas australianas durante más de tres semanas, desplazándose a menos de 200 millas náuticas de Sídney y llevando a cabo maniobras con munición real en las inmediaciones de Nueva Zelandia, una acción sin precedentes en la zona.
El desarrollo de estos ejercicios sin previo aviso ha generado inquietud tanto en Australia como en Nueva Zelandia. Hasta hace poco, la influencia militar china parecía limitarse a regiones como el Mar de China Meridional y el estrecho de Taiwán, donde Pekín ha intensificado sus acciones bajo el liderazgo de Xi Jinping. Sin embargo, la reciente incursión en aguas cercanas a Oceanía ha puesto en alerta a los gobiernos locales.
Simultáneamente, se han detectado embarcaciones militares chinas en las cercanías de Vietnam y Taiwán, en lo que parece ser una estrategia para reafirmar su presencia en el Pacífico, una situación que suele causar preocupación entre los aliados de Washington.
China no ha emitido disculpas y ha reiterado que sus maniobras se ajustan al marco legal internacional. Además, los medios estatales chinos han instado a las naciones occidentales a aceptar como habitual la presencia de su flota en la región.
En tiempos pasados, los socios de EE.UU. confiaban en su alianza con Washington como garantía de seguridad, pero la incertidumbre se ha incrementado tras la polémica reunión de Donald Trump con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, y la posterior decisión del gobierno estadounidense de suspender la asistencia militar a Kiev en su conflicto con Rusia.
El incidente en la Casa Blanca intensificó los temores en varias capitales del Pacífico. La pregunta ahora es si EE.UU. mantendrá su respaldo en caso de una escalada con China o si adoptará una postura similar a la tomada en Ucrania.
La política de Trump, caracterizada por una relación distante con Europa y un acercamiento a Rusia basado en criterios pragmáticos, ha incrementado las dudas en la región del Indo-Pacífico, donde los países dependen de la influencia estadounidense para contrarrestar el avance chino.
“Surge la incertidumbre sobre el compromiso de EE.UU. con la seguridad regional. Y si permanece involucrado, ¿qué condiciones impondrá la administración Trump?”, señaló Collin Koh, experto del Instituto de Estudios Internacionales S. Rajaratnam de Singapur.
Los analistas sostienen que esta es una preocupación legítima para los aliados que han confiado en Washington como pilar de su seguridad, permitiéndoles reducir su propio gasto en defensa.
Ante este panorama, consideran que naciones como Australia y Nueva Zelandia deberían replantear sus estrategias militares, revisar sus presupuestos y fortalecer la cooperación con otros actores regionales para equilibrar la creciente influencia china en el Pacífico.