“Un mes sin agua”: capitalinos sobreviven entre racionamientos y promesas incumplidas
Vecinos de al menos cinco colonias de Tegucigalpa denuncian cortes prolongados del servicio, mientras UMAPS asegura que todo está bajo control.

Tegucigalpa, Honduras.- En las colonias altas de la capital, la vida gira en torno a un recurso que escasea más cada día: el agua. Familias enteras llevan semanas sin recibir una sola gota por los grifos. Algunos vecinos aseguran que el servicio ha desaparecido por más de un mes, obligándolos a depender de barriles comprados a precios elevados para cubrir sus necesidades básicas.
Zonas como San Ángel, Kennedy, Residencial Plaza, Prados Universitarios y La Elvel enfrentan una crisis silenciosa que avanza mientras las autoridades insisten en que «todo está bajo control».
«Nos desvelamos esperando el agua, y no llega. Uno termina frustrado, con niños pequeños en casa y sin cómo siquiera lavarse las manos», relató una madre de familia en Prados Universitarios.
En San Ángel, el panorama no es distinto. El agua llega, cuando llega, con tan poca presión que ni siquiera alcanza los niveles más bajos de algunas viviendas. “Sube al primer piso, pero no más. En las casas de arriba no cae nada. Es humillante tener que pagar por cada balde para cocinar o bañarse”, denunció un vecino.
Sin embargo, desde la Unidad Municipal de Agua Potable y Saneamiento (UMAPS), la respuesta ha sido de calma. La entidad afirma que el calendario de distribución se cumple y que los racionamientos están dentro de lo previsto según la disponibilidad en las represas.
Esa versión contrasta con la realidad en el terreno. Habitantes de al menos cinco sectores aseguran que no hay consistencia ni información clara sobre los cortes. La frustración crece, no solo por la falta de agua, sino por lo que perciben como falta de transparencia y respuestas reales por parte de las autoridades.
Mientras tanto, las cisternas privadas se convierten en el último recurso para muchas familias, generando una carga económica adicional que no todos pueden costear. En lo que debería ser un derecho básico, muchos ven hoy un lujo cada vez más difícil de alcanzar.