Héctor Zelaya impulsa ambicioso ferrocarril interoceánico mientras persisten carencias urgentes en el país
El secretario privado del gobierno propone crear una nueva corporación para un megaproyecto millonario que genera dudas sobre prioridades nacionales.

Tegucigalpa, Honduras- El secretario privado de la Presidencia y actual titular de la Comisión del Ferrocarril Interoceánico, Héctor Zelaya, presentó ante el Congreso Nacional una iniciativa de ley para fundar la Corporación Nacional del Ferrocarril Interoceánico, promoviendo un proyecto que promete unir el Atlántico con el Pacífico atravesando territorio hondureño.
La presentación, centrada en supuestos beneficios técnicos, económicos y geoestratégicos, busca vender la idea de que Honduras podría convertirse en un corredor logístico para el continente, a pesar de los múltiples problemas sociales y financieros que enfrenta el país.
Zelaya insistió ante los diputados que esta megaobra marcaría el destino del país, aunque no se mencionaron estudios de impacto ambiental, financiamiento claro ni la viabilidad económica en un contexto donde hospitales colapsan, escuelas carecen de recursos y comunidades viven sin agua ni energía.
Durante su discurso, el funcionario explicó que el proyecto prevé movilizar enormes volúmenes de carga entre ambos océanos, argumentando que si se construyen puertos para recibir 5,000 contenedores diarios, el tren deberá ser capaz de trasladar esa misma cifra. Sin embargo, no especificó quién financiaría tal infraestructura ni cómo se sostendría a largo plazo.
Zelaya recalcó que este plan no es uno más, sino que “define el rumbo del país”, lo cual ha despertado críticas entre sectores que consideran que el gobierno debería enfocarse en atender necesidades básicas antes que embarcarse en proyectos faraónicos de dudosa factibilidad
El megaproyecto se dividiría en tres fases: la primera, levantar la línea férrea; la segunda, ampliar Puerto Castilla; y la tercera, construir un nuevo puerto en Amapala. No obstante, estas etapas no tienen fechas ni presupuestos definidos, lo que alimenta la incertidumbre sobre su ejecución.
Analistas políticos y economistas han cuestionado que se impulse una corporación nacional más —con estructura propia y fondos públicos— en un momento en que la población exige transparencia y austeridad en el manejo de los recursos estatales.
La propuesta de Zelaya, hijo de la presidenta Xiomara Castro y cada vez más visible políticamente, ha generado suspicacias sobre un posible uso del proyecto como plataforma para su proyección personal con miras al futuro político, en lugar de representar una solución concreta para los hondureños.