En plena crisis del CNE, ministro Pineda lanza mensaje simbólico y polémico en redes
Mientras el país exige certezas, el funcionario publica imagen del sombrero de Zelaya con una pieza de ajedrez, despertando críticas por su tono provocador.

Tegucigalpa, Honduras- En un momento de alta tensión política por la incertidumbre en el Consejo Nacional Electoral (CNE), el ministro de Infraestructura, Octavio Pineda, fue blanco de críticas tras difundir una imagen simbólica que ha sido vista como una celebración encubierta del caos institucional.
La imagen compartida por el funcionario en la red social X muestra el tradicional sombrero del expresidente Manuel Zelaya con una pieza de ajedrez encima. El gesto ha sido interpretado como una referencia directa a las maniobras políticas que habrían provocado la renuncia de Ana Paola Hall al CNE.
El mensaje fue publicado justo cuando el país atraviesa una crisis institucional que podría impactar el proceso electoral, y mientras múltiples sectores piden responsabilidad y seriedad ante la situación.
Octavio Pineda, lejos de abordar con firmeza su rol como ministro, optó por sumarse al discurso simbólico, alimentando aún más las sospechas de una operación política orquestada desde sectores del oficialismo.
El funcionario había sido recientemente cuestionado por la presidenta Xiomara Castro, quien incluso lo amenazó con destitución si no mejoraba su desempeño al frente del SIT. Ahora, lejos de enfocarse en su gestión, parece concentrado en respaldar públicamente los movimientos de poder.
En sintonía con él, la diputada Linda Donaire también compartió una imagen similar, insinuando que la estrategia política está en manos del expresidente Zelaya. “No es necesario que lo entiendas, solo disfrútalo”, escribió.
Ambos mensajes han sido criticados por sectores de oposición y sociedad civil, quienes consideran que mientras el país se tambalea entre tensiones políticas, funcionarios del gobierno se dedican a enviar provocaciones desde redes sociales.
La actitud de Pineda genera preocupación, ya que mientras el sistema electoral demanda ser fortalecido, altos funcionarios parecen más interesados en aplaudir el juego político que en aportar a la estabilidad institucional.