Ministra de Salud justifica censura a periodistas y acusa “abuso” de la libertad de expresión
Carla Paredes defendió las restricciones impuestas a la prensa en el Hospital del Sur, señalando que los periodistas “pierden el contexto” y hacen daño al sistema.

Choluteca- La ministra de Salud, Carla Paredes, respaldó este viernes las restricciones impuestas a los periodistas que cubren el Hospital del Sur, justificando que el ingreso solo se permite bajo autorización y a través de voceros oficiales. Sus declaraciones han generado preocupación entre sectores que defienden la libertad de prensa.
Durante una visita al Hospital del Sur, la funcionaria fue abordada por comunicadores que desde abril tienen prohibido el ingreso al centro asistencial sin un carnet de visita, lo que incluye la restricción para tomar imágenes, videos y audios, incluso con teléfonos celulares.
Paredes minimizó las denuncias y afirmó que “el vocero es la puerta de entrada” para los medios. Según su criterio, cuando los periodistas “van por detrás” del protocolo, incumplen las normas. “Yo entiendo que ya llevan un tiempo en esa restricción”, dijo sin mostrar disposición a cambiar la medida.
Aunque reconoció que los periodistas son un vínculo entre la ciudadanía y las autoridades sanitarias, lanzó una acusación directa: “Hay abuso de la libertad de expresión en algunas expresiones”, afirmó la ministra, generando inquietud sobre la visión gubernamental respecto a la prensa crítica.
Para Paredes, la labor de los medios se descontextualiza. “Cuando hay un problema, fácilmente lo informan, pero el problema es que pierden el contexto, y solo marcan el pedacito que asumen hará más daño”, dijo en una crítica abierta al enfoque de ciertas coberturas.
Estas declaraciones se dan en medio de múltiples denuncias por censura en otros hospitales del país, como el Mario Catarino Rivas en San Pedro Sula, donde periodistas han reportado vigilancia y obstáculos para documentar testimonios de pacientes y familiares.
La defensa de Paredes hacia estas restricciones, más allá de justificar normas internas, representa para muchos una señal de autoritarismo y opacidad dentro del sistema sanitario público, donde los medios enfrentan cada vez más limitaciones para fiscalizar la atención en salud.
Organizaciones de periodistas y defensores de derechos humanos ya han comenzado a emitir alertas ante lo que califican como “una escalada de censura institucionalizada”, especialmente en temas tan sensibles como la salud pública.