Trump reduce drásticamente la cuota de refugiados y prioriza sudafricanos blancos
La Administración estadounidense fija en 7,500 el número de refugiados admitidos en 2025, frente a los 125,000 del año pasado bajo Biden.

Washington D.C.– El Gobierno del presidente Donald Trump anunció este jueves una significativa reducción en el número de refugiados que Estados Unidos admitirá este año, fijando el límite en 7,500 personas, principalmente sudafricanos blancos, según informó la Administración en un aviso publicado en el Registro Federal.
La medida representa un fuerte cambio respecto al límite máximo del año pasado, que bajo la Administración de Joe Biden había sido de 125,000 refugiados, admitidos principalmente de países en conflicto o con condiciones extremas. La nueva cifra marca así un recorte drástico que especialistas internacionales consideran sin precedentes en décadas recientes.
Hasta el momento, la Casa Blanca no ha proporcionado una justificación oficial para el ajuste, aunque medios estadounidenses reportaron que la reducción había sido evaluada durante meses como parte de la política migratoria de la Administración Trump. Según The Associated Press, la prioridad será concedida a refugiados sudafricanos de raza blanca, dejando de lado a solicitantes de otras regiones con conflictos activos o crisis humanitarias graves.
Organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por la medida, calificándola de discriminatoria y excluyente, y advirtieron que limitar la admisión de refugiados a un grupo étnico específico podría generar críticas a nivel internacional y tensiones con aliados que tradicionalmente colaboran en programas de reasentamiento.
Analistas migratorios señalan que esta decisión refleja la orientación política de la Administración republicana de restringir la migración y priorizar criterios selectivos sobre el rescate humanitario. La reducción también afecta la capacidad de Estados Unidos de cumplir con compromisos globales de protección a refugiados y podría generar un aumento en la presión sobre los países vecinos que reciben solicitantes de asilo.
 
	
 






