Voto masivo sacude el tablero y deja contra las cuerdas al oficialismo hondureño

Voto masivo sacude el tablero y deja contra las cuerdas al oficialismo hondureño.

Asfura y Nasralla lideran el primer corte del CNE mientras la candidata oficialista cae al tercer lugar y el país exige un cambio.

2088b9e9c6e149a19e91766c0ab1851e

Tegucigalpa-Honduras. La jornada electoral en Honduras terminó con un mensaje claro: la gente salió a votar cansada de un oficialismo estancado y decidido a mantenerse en el poder a cualquier costo. Con el 43% escrutado, el Consejo Nacional Electoral confirmó que Nasry “Papi a la orden” Asfura y Salvador Nasralla encabezan la contienda, mientras Rixi Moncada se hunde en un lejano tercer lugar, pese a que Libre pasó el día proclamándose ganador. Las largas filas, la presión internacional y las dudas sobre si el oficialismo reconocerá los resultados marcaron una jornada en la que el país dejó ver su hartazgo y su deseo de cambio.

El cierre de las 19,167 Juntas Receptoras de Votos dejó un mensaje contundente: Honduras quiere darle la vuelta a un gobierno que ha perdido productividad, credibilidad y liderazgo. La participación masiva superó las proyecciones del propio CNE y confirmó lo que se veía desde temprano en los centros de votación: el país llegó cansado de experimentos ideológicos y de un oficialismo más preocupado por mantenerse en el poder que por resolver la crisis económica, la inseguridad y el deterioro institucional.

Con el 43% de las actas procesadas, Nasry “Papi a la orden” Asfura lidera con el 40.54% y Salvador Nasralla le sigue de cerca con el 38.99%, una disputa cerrada entre candidatos opositores que capitalizaron el descontento ciudadano. En cambio, Rixi Moncada apenas ronda el 20%, pese a que Libre insistió durante todo el día en proclamarse ganador con encuestas internas que nunca mostró.

El oficialismo llegó a la elección envuelto en polémicas, con denuncias de asedio institucional contra el CNE, presiones militares y discursos que anticipaban un desconocimiento de los resultados preliminares. A esto se sumó la intervención internacional: desde las advertencias de Donald Trump sobre la ayuda a Honduras, hasta las protestas de Rusia por su presunto involucramiento, un escenario inédito para el país.

Mientras tanto, los votantes vivieron otra realidad: filas de hasta tres horas, calor, cansancio y un deseo creciente de cambio. Analistas coinciden en que la afluencia masiva fue una señal de hartazgo hacia un gobierno que prometió refundación, pero dejó más dudas que soluciones. “La gente quiere un giro. Nunca había visto colas tan largas”, coincidió el analista Kenneth Madrid.

El CNE reportó niveles de participación superiores a los de 2021, impulsados por campañas ciudadanas que llamaron al voto y por un ambiente social que rechazó la continuidad representada por Moncada y el círculo Zelaya. En varios sectores, el temor era que el oficialismo intentara desestimar los primeros resultados, una narrativa respaldada por el general Roosevelt Hernández, cercano a Libre y señalado por su rol en procesos electorales cuestionados en la región.

Para muchos hondureños, la jornada fue clara: el país está bajo la mirada del mundo y esta vez los ciudadanos decidieron hacerse escuchar con un voto que podría redefinir el rumbo nacional.

sinfiltrohns@gmail.com
sinfiltrohns@gmail.com
Artículos: 4888

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *