La falta de un mediador clave en el Congreso pone en duda la capacidad de Libre para negociar y aprobar leyes importantes, como el presupuesto para 2025

Tegucigalpa, Francisco Morazan .-. La reciente salida del exdiputado Carlos Zelaya del Congreso Nacional ha dejado un vacío dentro del Partido Libertad y Refundación (Libre), especialmente en lo que respecta a su rol como mediador entre el oficialismo y la oposición.
Según el jefe de la bancada del Partido Salvador de Honduras (PSH), Carlos Umaña, Zelaya era considerado el principal interlocutor del poder Ejecutivo en el Congreso Nacional y, por tanto, la voz autorizada para coordinar las negociaciones políticas dentro de su partido.
Durante una entrevista en Radio América, Umaña explicó que la partida de Zelaya ha tenido un impacto significativo en el ámbito legislativo, pues su figura era respetada por la mayoría de los diputados, tanto dentro de Libre como en las negociaciones con otros partidos. «El señor Carlos Zelaya era el interlocutor del poder Ejecutivo en el Congreso Nacional, y por lo tanto era como la voz autorizada de la coordinación del partido Libre», indicó Umaña, subrayando la importancia de este liderazgo en las decisiones políticas y en los acuerdos negociadores dentro del Congreso.
Con la salida de Zelaya, el Partido Libre enfrenta el reto de encontrar nuevos liderazgos capaces de mantener el diálogo tanto dentro del partido como con la oposición. «Hoy tendrán que aparecer nuevos liderazgos del partido Libertad y Refundación, y tener la capacidad de poder dialogar y poder consensuar», añadió Umaña, quien recordó que el oficialismo actualmente carece de los votos necesarios para aprobar temas clave, como el Presupuesto General de 2025.
Según Umaña, este escenario es crítico para el partido de gobierno, pues la mayoría de los diputados de los partidos Liberal y Nacional están centrados en su reelección y se han mostrado reacios a apoyar el trabajo del Ejecutivo. «Están en el peor año para la legislación en el Congreso Nacional, ya que los diputados de los partidos Liberal y Nacional, la gran mayoría buscan reelegirse y sus candidatos se han atrincherado para de alguna u otra manera, torpedear la actividad en el Congreso Nacional», señaló.
En cuanto a la situación interna de Libre, Umaña considera que las relaciones políticas se han vuelto complicadas, pues sin la figura de Carlos Zelaya, se pierden muchas de las dinámicas de comunicación y negociación que antes eran clave. Aunque reconoce la presencia de algunos líderes emergentes como el jefe de bancada, Rafael Sarmiento, Umaña afirmó que «el señor Zelaya era el señor Zelaya y era un interlocutor valedero de la pareja presidencial», lo que deja en duda la efectividad de las negociaciones políticas del partido.
Este vacío de poder y liderazgo dentro de Libre podría tener repercusiones importantes para el partido en el futuro cercano, especialmente en el contexto electoral del país y los desafíos legislativos que se avecinan.