El gobierno de Nicolás Maduro denuncia «política fracasada» y reitera que el reconocimiento internacional a González Urrutia carece de fundamento legal y político.
El gobierno de Nicolás Maduro ha decidido romper relaciones diplomáticas con Paraguay luego de que este país reconociera formalmente a Edmundo González Urrutia como presidente electo de Venezuela. Esta medida se produce tras las declaraciones del presidente paraguayo, Santiago Peña, quien el fin de semana ratificó su respaldo a González Urrutia, durante una videoconferencia en la que también participó la líder opositora María Corina Machado.
El gobierno venezolano considera que las afirmaciones de Peña, quien manifestó que trabajará junto con la comunidad internacional para reconocer la victoria de González Urrutia y restaurar la democracia en Venezuela «en el más corto tiempo posible», constituyen una repetición de estrategias fallidas. Según la cancillería venezolana, estas acciones carecen de base política, jurídica y social, y son una “reedición de una política fracasada” que ya se había intentado bajo el gobierno interino de Juan Guaidó en 2019.
A través de un comunicado, el gobierno de Maduro expresó que es lamentable que países como Paraguay sigan subordinando su política exterior a los intereses de potencias extranjeras, asegurando que estas medidas solo demuestran la debilidad de la oposición venezolana.
El conflicto se origina luego de las elecciones presidenciales del 28 de julio, en las que el gobierno venezolano proclamó a Nicolás Maduro como vencedor. Sin embargo, la oposición, basándose en actas de testigos de mesa, sostiene que González Urrutia obtuvo una ventaja de al menos 37 puntos. La comunidad internacional sigue cuestionando la legitimidad de los comicios, pidiendo una verificación independiente de los resultados, especialmente luego de una ola de protestas que dejaron 28 muertos y más de 2.400 detenidos, en medio de un creciente informe de violaciones a los derechos humanos.
Este quiebre diplomático con Paraguay se suma a la lista de países con los que Venezuela ha roto relaciones tras las elecciones, incluyendo a Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay, los cuales también han cuestionado la validez de los resultados.
