La falta de liderazgo y compromiso del presidente del Congreso se vuelve evidente, mientras el país sufre la inestabilidad política

Tegucigalpa, Francisco Morazán .-. El “presidente” del Congreso Nacional, Luis Redondo, sigue demostrando su incapacidad para liderar la agenda legislativa del país. A tan solo días de iniciar una nueva sesión, convocó e a los diputados para retomar sesiones el próximo martes 21 de enero a las 3:00 de la tarde, sin que haya avances significativos en la discusión del Presupuesto General de 2025.
Redondo, quien asumió el cargo con promesas de unidad y eficiencia, parece estar totalmente desbordado de incapacidad y las negociaciones que, hasta ahora, no han logrado consensuar el presupuesto vital para el funcionamiento del Estado. Este martes, se reunió con los jefes de bancadas y la junta directiva del Congreso Nacional, pero, según fuentes dentro del mismo Legislativo, las conversaciones no avanzaron de manera concreta, dejando en evidencia la falta de estrategia y liderazgo del presidente del Congreso.
La situación es alarmante. La falta de acuerdos sobre el presupuesto 2025 refleja el caos y la parálisis que reina en el Congreso bajo la dirección de Redondo. A pesar de la urgencia que exige el país, los diputados continúan atrapados en discusiones interminables sin que el presidente del Congreso pueda imponer una solución clara. Las negociaciones, que deberían haber alcanzado un consenso en tiempos razonables, continúan estancadas, mientras la ciudadanía observa atónita cómo los intereses políticos siguen dominando a la institucionalidad del país.
Luis Redondo, quien se postuló como el gran salvador del Congreso, ha sido incapaz de reunir el apoyo necesario para sacar adelante una de las principales responsabilidades del Legislativo. Su falta de habilidad para negociar y su débil liderazgo han puesto en jaque la estabilidad política y económica del país, que depende de un presupuesto bien acordado y gestionado. Este escenario solo confirma la imagen de un Congreso Nacional inoperante, donde el verdadero objetivo parece ser la lucha por el poder y los favores políticos, mientras la nación se ve afectada por la parálisis legislativa. Mientras tanto, el presidente del Congreso continúa sin lograr reunir a los diputados en torno a un solo objetivo: el bienestar del país. Sin liderazgo, sin dirección y sin resultados concretos, Redondo está demostrando ser un presidente del Congreso más preocupado por sus propios intereses que por el futuro de Honduras.