Maltrato infantil en Tegucigalpa alcanza niveles alarmantes en 2025

Denuncias semanales de abuso infantil aumentan a 37 casos, reflejando una creciente crisis que afecta a niños en toda Honduras, mientras el miedo y la pobreza perpetúan el ciclo de violencia.

Tegucigalpa, Honduras .-. El maltrato infantil en Tegucigalpa ha alcanzado niveles alarmantes en lo que va de 2025, con un promedio de 37 denuncias semanales, según datos del Ministerio Público. Este aumento refleja una profunda crisis en la capital y el país en general, afectando a miles de niños que aún permanecen en silencio por miedo a represalias. La pobreza y la violencia generalizada agravan la situación, mientras que las secuelas emocionales del abuso pueden perdurar toda la vida, afectando el desarrollo de los menores. Las autoridades y expertos claman por una intervención urgente para frenar esta creciente ola de violencia infantil.

Miedo y pobreza perpetúan el ciclo de abuso

A pesar del incremento en las denuncias, muchas víctimas siguen calladas por temor a represalias, especialmente cuando los abusadores son familiares cercanos. El miedo y la desconfianza hacia las autoridades se mantienen como barreras cruciales para la denuncia. Según expertos, la pobreza y la violencia estructural en el país contribuyen significativamente a que muchos padres y familiares actúen de manera violenta. Las secuelas emocionales del abuso infantil son profundas y se reflejan en problemas de salud mental a corto y largo plazo, afectando el bienestar y desarrollo de los menores.

La responsabilidad de romper el ciclo de violencia

El Colegio Profesional Superación Magisterial Hondureño (Colprosumah) señala que la falta de oportunidades y el contexto socioeconómico crítico en muchas familias contribuyen a la violencia contra los niños. La desesperación causada por la pobreza genera tensiones que se manifiestan en abuso físico y psicológico. “Es responsabilidad de todos intervenir para romper este ciclo de violencia”, señalan los expertos. La indiferencia ante este flagelo solo perpetúa una sociedad donde los más vulnerables siguen siendo víctimas de violencia familiar.

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