La defensa del acusado de narcofinanciamiento asegura que Mel Zelaya negoció cargos públicos con Los Cachiros.

Tegucigalpa, Francisco Morazán .-. En un giro explosivo, la defensa de Midence Oquelí Martínez desnudó presuntas negociaciones entre el expresidente Manuel Zelaya y la organización criminal Los Cachiros, revelando que el entonces mandatario electo habría prometido entregarles el control del Programa Nacional de Desarrollo (Pronader).
El documento judicial presentado al Tribunal del Distrito Sur de Nueva York describe cómo el fallecido diputado Juan Ramón Salgado, enlace clave entre Los Cachiros y Zelaya, negoció el otorgamiento de cargos de poder a cambio de favores políticos. Según la defensa, Salgado confirmó que Zelaya no otorgaría la Secretaría de Seguridad, como originalmente exigían, sino que les ofreció Pronader. Sin embargo, este acuerdo quedó truncado tras el asesinato de Salgado, un crimen que ahora es utilizado como arma en el juicio contra Midence Oquelí.
Acusaciones basadas en testimonios dudosos
Los abogados defensores Kristen Santillo y Sarah Sulkowski arremetieron contra el testimonio de Leonel Rivera Maradiaga, líder de Los Cachiros y principal testigo de la Fiscalía estadounidense. Señalan que Rivera “mintió bajo juramento” y que sus declaraciones, plagadas de incoherencias, no deben ser consideradas como evidencia creíble en el caso.
“Rivera engañó a los fiscales y dio detalles que son demostrablemente falsos. Su credibilidad está destruida”, enfatizó la defensa, exigiendo la eliminación de los párrafos 24 al 31 del Informe Previa a la Sentencia (PSR), donde se recoge su testimonio.
La sombra de Mel Zelaya en el narcotráfico
Este nuevo escándalo salpica directamente a Manuel Zelaya, quien, según la defensa de Martínez, jugó un papel clave en las negociaciones con Los Cachiros. La conexión entre el expresidente y la organización criminal, aunque no investigada formalmente, refuerza las acusaciones de que el narcofinanciamiento ha estado profundamente enraizado en la política hondureña.
La defensa de Midence Oquelí acepta que el acusado utilizó dinero del narcotráfico para financiar sus actividades políticas, pero rechaza categóricamente su participación en secuestros, torturas y asesinatos, calificando las acusaciones como “fabricadas” por la Fiscalía.
Mientras el juicio continúa, el papel de Manuel Zelaya y sus supuestas promesas a Los Cachiros queda en el centro de un escándalo que desvela los oscuros acuerdos entre el poder político y el crimen organizado en Honduras.