Allanan propiedades de Saúl Cruz, supuesto colaborador de narcotraficante Byron Ruiz
Ministerio Público inspecciona diversos inmuebles en Atlántida vinculados al lavado de activos por presunta red criminal.

Atlántida- En la mañana del jueves 19 de junio, el Ministerio Público (MP) llevó a cabo al menos seis allanamientos y tres inspecciones en propiedades atribuidas a Saúl Cruz Canales, señalado como presunto colaborador del narcotraficante Byron Ruiz Ruiz —quien fue asesinado en Guatemala— en el departamento de Atlántida.
Las viviendas y negocios inspeccionados incluyen una ferretería, una agropecuaria, una farmacia y distintas propiedades, todas presuntamente involucradas en actividades de lavado de dinero procedente del tráfico ilícito de drogas.
Las autoridades pretenden identificar el origen de los capitales invertidos por Cruz Canales, quien, según las investigaciones, habría utilizado estas estructuras como fachadas para legitimar ganancias ilícitas.
El operativo se extendió a la localidad de Esparta, donde se realizaron más diligencias y se recolectaron indicios, con apoyo de la Policía Militar del Orden Público (PMOP).
Esta intervención deriva de la llamada “Operación Gedeón III” de abril de 2019, en la cual el MP, la Dirección Nacional Policial Antidrogas (DNPA) y el Escuadrón Tigres ejecutaron 24 allanamientos en Colón y Atlántida. Esa acción reveló rutas de transporte de cocaína desde Colombia y Venezuela hacia Honduras, distribuyéndose tanto en el país como hacia Norteamérica.
La red criminal señalada —encabezada originalmente por Byron Ruiz— utilizaba rutas terrestres, por aire y marítimas para introducir drogas, según las pesquisas realizadas en 2019.
Byron “El Negro” Ruiz, un narcotraficante considerado de alta peligrosidad, fue abatido en Guatemala el 12 de febrero de 2025. Había sido extraditado a Estados Unidos en marzo de 2019 y cumplió una condena de cinco años por tráfico internacional de cocaína, reduciendo su pena tras colaborar con las autoridades, quedando libre el 23 de junio de 2022.
Además, la DEA lo relaciona con operaciones aéreas de narcotráfico entre 2010 y 2017 en zonas clave como Olancho, Colón y Gracias a Dios. También se le atribuyen múltiples homicidios, lo que consolidó su reputación violenta en la región.