Crisis en Mocorón: Pueblos indígenas de Honduras mantienen su lucha en 75 días de manifestaciones
Los pueblos indígenas misquitos de Honduras llevan ya 75 días de protestas permanentes en rechazo a la construcción de la cárcel de Mocorón, ubicada en el departamento de Gracias a Dios. Según la diputada del Partido Liberal, Erika Urtecho, los misquitos han resistido la construcción del Centro de Reclusión de Emergencia (CRE) en este sector, pasando incluso las festividades de Navidad y Año Nuevo en un campamento instalado en el lugar de la obra. La situación sigue siendo tensa, ya que la comunidad local se opone rotundamente al proyecto en sus tierras ancestrales.
El gobierno de Honduras insiste en la necesidad de construir la cárcel en Mocorón, argumentando que este Centro de Reclusión albergaría a unos 20,000 reclusos de alta peligrosidad, principalmente involucrados en estructuras de crimen organizado. Sin embargo, la población misquita considera que esta obra violaría sus derechos territoriales, ya que la cárcel se erigiría en un territorio que históricamente ha pertenecido a sus comunidades.
A pesar de las amenazas y presiones de las autoridades, los misquitos han permanecido firmes en su lucha. Han establecido un campamento en el sitio donde se planea la construcción, reafirmando su rechazo al proyecto y exigiendo que el gobierno respete sus territorios ancestrales. Las Fuerzas Armadas, por su parte, han señalado que el área en disputa pertenece al Estado y defienden la necesidad de llevar a cabo el proyecto.
La protesta ha ganado relevancia, ya que los misquitos no solo rechazan la construcción de la cárcel, sino que también exigen ser escuchados en sus demandas por el respeto a sus derechos territoriales y culturales. La comunidad indígena ha expresado que las autoridades no han tomado en cuenta sus preocupaciones y han actuado de manera unilateral, sin consultar adecuadamente a los pueblos originarios afectados.
A pesar de las dificultades, las tensiones continúan creciendo, y la situación se mantiene sin una solución clara. Los misquitos siguen en pie de lucha, con la esperanza de que el gobierno de Honduras reconsidere su postura y detenga la construcción de la cárcel en su territorio, buscando una solución que respete los derechos de los pueblos indígenas y la integridad de sus tierras.
