Estados Unidos reanuda los beneficios de SNAP, pero millones enfrentan nuevos requisitos que podrían dejarlos sin ayuda
Aunque los pagos suspendidos por el cierre del gobierno comenzaron a liberarse, una reforma reciente endurece las condiciones del programa y podría excluir a más de dos millones de personas en los próximos años.

Los beneficios del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés) comenzaron a restablecerse en varios estados de Estados Unidos después de semanas de incertidumbre provocadas por el cierre del gobierno federal. Sin embargo, el alivio para millones de familias de bajos ingresos podría ser temporal: una reforma aprobada este año impone nuevos y estrictos requisitos que podrían dejar fuera del programa a un número significativo de beneficiarios.
Durante el cierre gubernamental, miles de hogares experimentaron demoras, pagos reducidos o la ausencia total de los fondos que utilizan para adquirir alimentos básicos. Algunos estados lograron emitir depósitos parciales mientras otros continuaron enfrentando retrasos administrativos para actualizar las tarjetas de asistencia.
Pese a la reanudación, organizaciones sociales y autoridades locales advierten que el escenario podría complicarse aún más debido a los cambios implementados mediante la nueva legislación federal. La normativa amplía los requisitos laborales para los adultos que reciben SNAP, quienes ahora deberán cumplir 80 horas mensuales de trabajo, voluntariado o capacitación para mantener el beneficio. El rango de edad sujeto a estas condiciones también se amplía, abarcando a personas de hasta 64 años.
Además, exenciones que tradicionalmente protegían a grupos vulnerables —como veteranos, personas sin hogar, adultos que fueron parte del sistema de tutela estatal o cuidadores de menores— fueron restringidas, limitando el número de beneficiarios que podrán quedar exentos de las obligaciones laborales.
De acuerdo con estimaciones oficiales, los nuevos lineamientos podrían dejar sin asistencia a aproximadamente 2.4 millones de personas cada mes en los próximos años, incluidos hogares con niños. La implementación, además, variará según el estado, lo que genera incertidumbre sobre quiénes conservarán el beneficio y bajo qué condiciones.
Organizaciones comunitarias y bancos de alimentos se preparan ante un posible aumento en la demanda de asistencia alimentaria, mientras expertos advierten que los cambios podrían incrementar los niveles de inseguridad alimentaria en el país.
La combinación entre el reciente cierre del gobierno y los nuevos requisitos ha dejado a millones de familias en un escenario de vulnerabilidad, marcando uno de los momentos más críticos para el principal programa de ayuda alimentaria en Estados Unidos.






