Honduras entierra el pasado de “Casa Blanca” y apuesta por cárceles de máxima seguridad
Con una inversión de 630 millones de lempiras, el INP anuncia nuevas prisiones y promete un sistema sin hacinamiento ni privilegios para criminales de alto perfil.
Tegucigalpa, Honduras.- Un nuevo capítulo comienza en las cárceles de Honduras. Así lo dejó entrever este sábado el director del Instituto Nacional Penitenciario (INP), Ramiro Muñoz, al anunciar una fuerte inversión en infraestructura carcelaria con la promesa de ordenar un sistema históricamente colapsado por el hacinamiento, la corrupción y el crimen organizado.
Muñoz confirmó que el 10 de mayo será entregado un nuevo módulo de máxima seguridad en Ilama, Santa Bárbara. Tendrá capacidad para 1,600 privados de libertad y, según dijo, está construido bajo estándares “de alta calidad”. La obra forma parte de una estrategia que también incluye nuevos espacios en Támara y Morocelí, con capacidad para otros 2,000 internos.
En total, la inversión supera los 630 millones de lempiras.
Pero lo más simbólico del anuncio fue el fin del módulo Casa Blanca en Támara, conocido por ser un epicentro de corrupción, privilegios carcelarios y redes criminales. “Ahí se termina una historia. Los MS con los MS y los 18 con los 18. Todos esos extorsionadores que dañan desde adentro terminarán en máxima seguridad”, advirtió Muñoz con firmeza.
También adelantó que los módulos liberados serán reutilizados para clasificar a los internos según su condición jurídica —procesados, sentenciados, de baja o alta peligrosidad—. Para el oficial, se trata de “un nuevo sistema”, donde el hacinamiento será cosa del pasado.
La iniciativa representa una ruptura con el desorden estructural que ha caracterizado al sistema penitenciario durante décadas. Sin embargo, queda por ver si el nuevo enfoque no repetirá errores del pasado, donde los muros nuevos terminaron siendo solo escenografía para viejas prácticas.
