Periodistas hondureños se preparan para una cobertura electoral bajo riesgo extremo
Chalecos antibalas, estado de excepción prolongado y hostilidad militar marcan el clima previo al 30 de noviembre.
Tegucigalpa, Honduras.- A tres días de las elecciones generales, los periodistas hondureños se preparan para una de las coberturas más peligrosas de los últimos años. El uso de chalecos antibalas, cascos y alianzas de protección entre medios se ha vuelto parte del equipo básico para trabajar en un entorno marcado por el estado de excepción, ataques desde las Fuerzas Armadas y una profunda incertidumbre política. Así lo destaca un reportaje de la periodista Silvia Higuera, publicado por el Knight Center for Journalism in the Americas.
Desde diciembre de 2022, Honduras ha vivido bajo un estado de excepción prorrogado más de 19 veces, limitando derechos fundamentales como la libre circulación y la inviolabilidad del domicilio. Esto ocurre en medio de un Congreso prácticamente paralizado por falta de acuerdos, autoridades electorales bajo constante escrutinio y declaraciones abiertas de altos mandos militares que han acusado a periodistas de ser “sicarios de la verdad”.
Organizaciones nacionales e internacionales han emitido alertas durante todo 2025. El 30 de octubre, una Misión Internacional de Libertad de Expresión —entre ellas Reporteros Sin Fronteras (RSF)— advirtió sobre el ambiente hostil para la prensa en época electoral. Poco después, 29 organizaciones coordinadas por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) denunciaron violaciones a la libertad de prensa y exigieron garantías de seguridad para el 30 de noviembre.
Carlos Lauría, director ejecutivo de la SIP, aseguró que existe un patrón de hostigamiento que incluye acoso judicial, vigilancia digital, presiones institucionales y estigmatización desde sectores militares. Advirtió que este clima puede empujar a la autocensura justo cuando la ciudadanía necesita información independiente.
Jennifer Ávila, directora de Contracorriente, señaló que Honduras llega a estas elecciones con serias debilidades institucionales y bajo un estado de excepción que se ha extendido sin un debate legislativo pleno. Los retenes militares y las denuncias de restricciones a la movilidad afectan a periodistas, activistas y sectores críticos.
