Presidenta Castro se burla del ataque a consejeras del CNE: “Hubo un show”, dice entre risas
En lugar de condenar la agresión contra Ana Paola Hall y Cossette López, la mandataria desestimó el hecho con carcajadas, evidenciando falta de sensibilidad ante la violencia política.
Islas de la Bahía- La presidenta Xiomara Castro generó indignación este miércoles al minimizar el ataque perpetrado por colectivos de su partido contra dos consejeras del Consejo Nacional Electoral (CNE), calificándolo de “show” y soltando risas mientras se refería al incidente.
Durante una visita a Guanaja, Islas de la Bahía, la mandataria fue consultada sobre los hechos ocurridos en el Congreso Nacional, donde simpatizantes de Libre irrumpieron durante la comparecencia de las consejeras Ana Paola Hall y Cossette López, lanzándoles improperios y generando un ambiente de hostilidad.
En lugar de expresar solidaridad o condena, la presidenta reaccionó entre carcajadas: “Ayer hubo un show –dijo riéndose– que sinceramente fue lamentable verlo, pero también cada día se van quitando las máscaras”.
Las declaraciones han provocado críticas por la falta de empatía hacia un acto que no solo violentó el respeto institucional, sino que expuso a dos mujeres funcionarias a una situación de riesgo físico y emocional.
Diversas organizaciones feministas y defensoras de derechos humanos han venido exigiendo una postura firme contra la violencia política de género, especialmente cuando proviene de militancias afines al poder.
No obstante, la jefa de Estado optó por banalizar la agresión, lanzando una frase ambigua que parece más una justificación que una condena. «Con las acciones y las actitudes que adoptan, se van poniendo en evidencia», remató.
La escena fue calificada por analistas como un acto de “cinismo institucional”, al venir de la primera mujer presidenta de Honduras, quien en campaña prometió defender a las mujeres y erradicar la violencia en todas sus formas.
Mientras tanto, las consejeras del CNE han recibido respaldo público de organizaciones y actores políticos, pero el silencio cómplice de otros altos funcionarios del gobierno refuerza la narrativa de impunidad.
