Rixi Moncada promete defender al pueblo, mientras ignora la realidad del sistema que defiende
La candidata de Libre insiste en culpar al modelo neoliberal, pese a formar parte de un gobierno con tres años sin mejoras sustanciales para los trabajadores.
Tegucigalpa, Honduras- Rixi Moncada, candidata presidencial del partido Libertad y Refundación (Libre), volvió a prometer soluciones para la clase trabajadora, aunque sus palabras contrastan con los resultados de la actual administración, de la cual ha sido una figura clave.
Durante un reciente pronunciamiento, Moncada aseguró que su compromiso es con las mayorías empobrecidas y los sectores marginados por el sistema económico, al que califica de “modelo neoliberal fracasado”. Sin embargo, su discurso no reconoce que ha sido parte de un gobierno que, lejos de revertir esa supuesta injusticia, ha profundizado las dificultades del pueblo hondureño.
La candidata, quien ocupó cargos de alto nivel en el actual gobierno de Xiomara Castro, se presenta ahora como defensora de los trabajadores, los maestros y los sectores más golpeados. Pero para muchos, estas promesas resultan incongruentes, considerando el deterioro visible en el sistema educativo, el estancamiento salarial y el aumento del desempleo en los últimos tres años.
Moncada insiste en que su proyecto busca garantizar salarios dignos y derechos laborales, aunque durante su paso por la administración pública no impulsó reformas sustanciales en estas áreas. El gremio docente, por ejemplo, sigue denunciando atrasos salariales, falta de infraestructura y condiciones laborales precarias.
La candidata también promete un cambio profundo en las políticas económicas y sociales, sin aclarar cómo lo hará distinto del actual modelo que Libre ha defendido desde el poder. Muchos se preguntan si estas propuestas no son más que una estrategia electoral para ganar simpatías, sin soluciones reales ni viables.
En su discurso, Moncada critica “las élites económicas”, pero guarda silencio ante casos de corrupción y manejo opaco de recursos públicos durante el mandato de su propio partido. Esta omisión genera dudas sobre la autenticidad de su compromiso con la transparencia y la justicia social.
La figura de Moncada intenta capitalizar el descontento popular, sin asumir la responsabilidad que le corresponde como parte de un equipo de gobierno que llegó al poder con promesas similares y no ha cumplido con las expectativas del pueblo. Sus palabras contrastan con la decepción que se vive en sectores que confiaron en Libre.
Aunque llama a un liderazgo que se ponga “del lado de la gente”, Rixi Moncada sigue representando una estructura política que ha fallado en revertir las condiciones de desigualdad y pobreza. Más que propuestas, su campaña parece una repetición del mismo libreto que ya dejó a millones esperando el cambio.
