Trasladan a casi 6,000 reos en Honduras como parte de ofensiva para recuperar el control de las cárceles
El INP desmantela presidios urbanos y reubica a pandilleros en módulos de máxima seguridad.

Tegucigalpa, Honduras.- El Instituto Nacional Penitenciario (INP) está por completar el traslado de cerca de 6,000 privados de libertad a diferentes centros del país, en una ofensiva para recuperar el control del sistema carcelario y aislar a cabecillas de pandillas y redes del narcotráfico.
Ramiro Fernando Muñoz, presidente de la Comisión Interventora del INP, confirmó que los traslados están siendo dirigidos a módulos de máxima seguridad en cárceles como La Tolva, El Pozo y Tamara. “Esto es lo que siempre se tuvo que haber hecho”, dijo, al recalcar que estos espacios están diseñados para albergar exclusivamente a miembros de maras y organizaciones criminales.
El plan incluye el cierre progresivo de centros penitenciarios ubicados en áreas urbanas, por considerarse focos de inseguridad para la ciudadanía y obstáculos para una verdadera rehabilitación. “Ayer fue La Esperanza, hoy es Trujillo. Vamos sacando las cárceles de las ciudades”, sostuvo.
Muñoz reconoció que el país nunca logró una clasificación real del sistema penitenciario, y señaló que las decisiones actuales buscan corregir años de desorden. “Aquí la razón la tienen los 10 millones de hondureños que han sufrido las consecuencias de estos delincuentes”, expresó.
Ante los señalamientos de organismos de derechos humanos, fue claro: “Si a alguien no le parece, es problema de cada quien. La ley manda que cada reo debe estar donde le corresponde según su peligrosidad”.
En medio del reordenamiento, también se descubrieron actos de corrupción interna. Diecisiete miembros del Comité Técnico Interdisciplinario (CTI) fueron separados de sus cargos por otorgar privilegios indebidos a reclusos.
El único centro que aún está en proceso de habilitación es el de Siria, mientras los demás módulos de máxima seguridad ya están recibiendo a los reos de alta peligrosidad.