Violencia y temor marcan el clima electoral en Honduras antes del 30 de noviembre
Homicidios políticos, amenazas y estado de excepción generan incertidumbre sobre la seguridad e integridad de las elecciones.
Tegucigalpa, Honduras.- A pocos días de las elecciones generales, Honduras enfrenta un clima electoral marcado por la violencia y la incertidumbre. Reportes recientes de atentados, amenazas e intimidaciones contra candidatos, activistas y líderes comunitarios han encendido las alarmas sobre la seguridad e integridad del proceso electoral.
El caso más reciente y doloroso ocurrió en el departamento de Santa Bárbara, donde Arnol Caled, un niño de cinco años, murió tras recibir un disparo en la cabeza mientras regresaba de una concentración política del Partido Libertad y Refundación (Libre). Una niña de catorce años resultó herida en el incidente. La madre del menor, Rosita Díaz, relató cómo su hijo soñaba con ser policía y construir un hogar para su familia, mientras que sus restos quedaron junto a sus juguetes y bicicleta, recordatorio de una vida truncada por la violencia.
Pero la inseguridad no se limita a hechos aislados. Desde diciembre de 2022, Honduras mantiene un estado de excepción parcial en 226 de los 298 municipios, recientemente ampliado por 45 días más. La medida, diseñada para reducir la criminalidad, ha generado preocupación entre sectores que consideran que esta prolongación ha normalizado restricciones legales y afecta la percepción de un proceso electoral libre.
Según la directora del Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), Gabriela Castellanos, “Honduras se acerca a unas elecciones generales ensartada en un sombrero que ningún país democrático debería tolerar”. Mientras tanto, autoridades de seguridad aseguran que la violencia ha descendido, aunque los hechos recientes muestran lo contrario.
En 2025, al menos cuatro personas vinculadas a la política fueron asesinadas: dos candidatos a alcaldes del Partido Nacional en Atlántida y Yoro, un alcalde de Intibucá y un candidato a diputado en Yoro del Partido Libre. A ello se suman amenazas contra activistas y líderes de los tres partidos principales, así como miembros de la oposición en el Consejo Nacional Electoral y el Tribunal de Justicia Electoral.
La combinación de homicidios políticos, campañas agresivas y un estado de excepción prolongado refleja un ambiente de tensión y miedo, que pone a prueba la capacidad del país para garantizar elecciones seguras y la participación ciudadana libre de presiones externas.
