Diez grandes fiascos del 2024: Promesas rotas y caos en Honduras

Un año de decepciones donde las promesas incumplidas hunden más al país

El 2024 será recordado como un año donde las ilusiones se esfumaron y las promesas quedaron en el aire. Desde fracasos políticos hasta crisis económicas y sociales, Honduras parece atrapada en un ciclo de retrocesos. Sin avances concretos, el panorama nacional se pinta con incertidumbre y desesperanza.


1. Un exministro que soñó con la presidencia del CNE y quedó en ridículo

Marlon Ochoa, exministro de Finanzas, anunció con gran seguridad que presidiría el Consejo Nacional Electoral (CNE) en 2025. Según él, los acuerdos políticos entre los partidos lo colocaban como el próximo líder del organismo. Sin embargo, su confianza excesiva le jugó una mala pasada.

Ochoa proclamó su victoria antes de tiempo, sin considerar que el mismo sistema político que supuestamente lo respaldaba podría dar un giro inesperado. Su anuncio prematuro no solo lo dejó expuesto, sino que le valió la reprimenda pública del expresidente “Mel” Zelaya, coordinador de Libre. El resultado: Ochoa quedó como un imprudente, sin el cargo que tanto había anticipado. Ahora, su intento de ascender en la política electoral es otro ejemplo más de las promesas rotas en el país.


2. CICIH: La promesa que nunca llegó

La tan esperada Comisión Internacional contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (CICIH) sigue siendo solo un sueño. A pesar de las promesas del gobierno de Xiomara Castro, el 2024 terminó sin avances concretos para su instalación.

Mientras los discursos oficiales insisten en la lucha contra la corrupción, la falta de voluntad política ha impedido que la ONU dé el siguiente paso. Este fracaso se suma a una larga lista de compromisos incumplidos que alimentan la desconfianza de los hondureños hacia su clase dirigente.


3. Fuera de la Cuenta del Milenio otra vez

Por 15 años consecutivos, Honduras quedó fuera de los beneficios de la Cuenta del Desafío del Milenio, perdiendo 215 millones de dólares en posibles proyectos. La causa: un estrepitoso fracaso en el indicador de control de la corrupción, además de reprobaciones en salud y educación.

El gobierno, en un intento por compensar, gastó 53 millones de lempiras en un vado de 70.4 metros en Valle. Sin embargo, las lluvias arrasaron la obra, dejando a 16 comunidades incomunicadas. Otro ejemplo más de mal manejo de recursos públicos y falta de previsión.


4. Placas de papel: Un símbolo de ineficiencia

En lugar de invertir en materiales para las placas vehiculares, el Instituto de la Propiedad (IP) optó por mantener a los conductores circulando con colgantes de papel. Este 2024, la falta de insumos fue una constante y, según las autoridades, no hay esperanzas de solución para 2025.

Los hondureños, quienes ya pagaron por sus placas, enfrentan un sistema burocrático que parece empeñado en ignorar sus necesidades. La indignación crece, pero las respuestas no llegan.


5. Estado de excepción: Más preguntas que resultados

El estado de excepción, extendido por decimoquinta vez, sigue siendo un tema polémico. Aunque el titular de Seguridad, Gustavo Sánchez, insiste en que la medida es efectiva, la realidad muestra lo contrario.

Mientras El Salvador exhibe avances significativos con estrategias similares, Honduras continúa sumida en la violencia. Los titulares se llenan de promesas vacías, pero los ciudadanos solo ven más muertos y más miedo en las calles.


6. Caos vehicular: Soluciones que no solucionan

El “Hoy no circula” y los horarios escalonados, implementados por las autoridades locales, no lograron aliviar el caos vehicular en la capital. Las calles siguen abarrotadas, los accidentes son frecuentes, y los conductores lidian con un sistema que parece improvisado.

En lugar de mejorar la movilidad, estas medidas solo incrementaron la frustración de los ciudadanos. El desorden vial sigue siendo un reflejo de la falta de planificación en las políticas públicas.


7. La pesadilla de los camaroneros

La ruptura de relaciones con Taiwán prometía abrir las puertas del mercado chino a los camaroneros hondureños. Sin embargo, la realidad fue muy distinta. En tres años, solo se han vendido dos contenedores de camarón a China, mientras más de 50 empresas del sector cerraron sus operaciones.

El gobierno no solo falló en garantizar condiciones favorables para los productores, sino que dejó al sector al borde del colapso. Otro sueño que se convirtió en pesadilla.


8. Contradicciones en el gobierno: Rixi Moncada y las reglas rotas

Aunque la presidenta Xiomara Castro pidió a sus ministros que renunciaran si aspiraban a cargos de elección popular, su propia ministra de Defensa, Rixi Moncada, sigue en el cargo mientras busca la candidatura presidencial de Libre.

Esta contradicción alimenta las críticas hacia un gobierno que predica transparencia, pero permite excepciones que minan su credibilidad. La población, cada vez más desilusionada, se pregunta: ¿Qué pasó con las promesas de cambio?


9. Sin citas y sin medicamentos en el IHSS

El Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) sigue sumido en el caos. Pacientes que llegaron desde temprano al centro del barrio La Granja se encontraron con un sistema colapsado. No hay citas, no hay medicamentos, y la desesperación aumenta.

Además, se denuncian cobros indebidos en los centros de salud pública, práctica que inició en el Leonardo Martínez de San Pedro Sula y el Alonso Suazo de Tegucigalpa. La salud pública, lejos de mejorar, parece deteriorarse aún más, dejando a los hondureños a merced de un sistema que no responde.


10. Caos en salud pública: Cobros indebidos y desesperación en el IHSS

El sistema de salud pública en Honduras parece estar al borde del colapso. En los principales hospitales del país, como el Leonardo Martínez en San Pedro Sula y el Alonso Suazo en Tegucigalpa, se reportan cobros indebidos por servicios que deberían ser gratuitos. Esta práctica, iniciada por la falta de recursos y supervisión, ha generado indignación entre los hondureños.

Mientras tanto, los pacientes del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) enfrentan un panorama sombrío. Este jueves, muchos llegaron desde la madrugada al IHSS del barrio La Granja con la esperanza de obtener una cita médica, solo para encontrarse con un sistema inoperante. La falta de medicamentos y atención médica adecuada sigue siendo una constante, dejando a la población más vulnerable en completo abandono.

El sistema de salud, lejos de ser un alivio, se ha convertido en un laberinto de frustración y desamparo. Los ciudadanos, quienes ya pagan altos costos en impuestos, ahora deben lidiar con cobros adicionales y la incertidumbre de no recibir el tratamiento que necesitan.

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