Promesas incumplidas y un gobierno atrapado en el pasado

Promesas incumplidas y un gobierno atrapado en el pasado

La gestión de Xiomara Castro, tres años después, se enfrenta a un desencanto generalizado por la falta de resultados concretos.

Tegucigalpa, Honduras .-. Desde que Xiomara Castro asumió la presidencia de Honduras en 2022, el país vivió un momento de esperanza, motivado por su promesa de cambio tras años de corrupción y autoritarismo. Como la primera mujer en liderar la nación, las expectativas fueron altas, y su discurso de transformación movilizó a millones de hondureños. Sin embargo, a tres años de su gestión, esas promesas han quedado en el aire, dejando a la población con un sentimiento de frustración y desencanto.

El fracaso de la eliminación de las ZEDE y la lucha contra la corrupción

Uno de los compromisos más esperados fue la eliminación definitiva de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), las cuales fueron percibidas por muchos como una amenaza a la soberanía nacional. A pesar de que se derogó la ley que las sustentaba, la falta de una ratificación constitucional para garantizar su desaparición ha permitido que estas zonas sigan operando. Esto ha dejado claro que el cambio prometido no ha llegado, y la sensación de incumplimiento se ha instalado en el ánimo de los hondureños.

En cuanto a la lucha contra la corrupción, Castro prometió la creación de una Comisión Internacional Contra la Impunidad en Honduras (CICIH). Sin embargo, a tres años de su promesa, la CICIH sigue siendo una idea no concretada. Además, su decisión de renunciar al tratado de extradición con Estados Unidos ha generado inquietudes sobre su compromiso real en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado. Esta postura ha sido vista por muchos como un paso atrás en la lucha contra las estructuras corruptas que, según la presidenta, tanto daño le hicieron al país.

Escándalo y crisis de credibilidad

El escándalo conocido como el «Narcovideo», en el que aparece Carlos Zelaya, cuñado de la presidenta, negociando con narcotraficantes, ha sumado más dudas sobre la transparencia de su gobierno. Este incidente ha intensificado la percepción de que las mismas prácticas corruptas que se criticaron en administraciones anteriores siguen vigentes bajo su mandato.

Falta de avances en temas sociales y económicos

En el ámbito social, las promesas también se han quedado cortas. A pesar de los esfuerzos del gobierno, las cifras de feminicidios siguen siendo alarmantes, y los protocolos de atención a las víctimas siguen siendo insuficientes. Las medidas como el Estado de Excepción no han logrado reducir la violencia generalizada, y el gobierno parece más enfocado en culpar a las administraciones anteriores que en asumir responsabilidad por la falta de soluciones efectivas.

En el terreno económico, las promesas de mejorar el sistema energético y generar empleo no han dado frutos. Los hondureños siguen esperando resultados tangibles que no llegan, mientras que el programa para optimizar el sistema eléctrico no ha resuelto los problemas estructurales del sector. Además, la migración masiva sigue siendo un desafío sin respuesta, y la promesa de vender el avión presidencial, como un gesto de austeridad, nunca se concretó, alimentando aún más la frustración de la ciudadanía.

Falta de transparencia y malversación

A esto se suman las denuncias sobre compras directas sin procesos transparentes y casos de malversación en diversas secretarías. La promesa de ser una administración austera y transparente parece haberse quedado solo en palabras, y las sospechas sobre la corrupción dentro del gobierno se han intensificado.

Un gobierno atrapado en el pasado En resumen, el gobierno de Xiomara Castro parece estar atrapado en una narrativa donde todo lo negativo se atribuye al pasado, mientras evade asumir sus propias responsabilidades. A tres años de gestión, lo que comenzó como una promesa de cambio se ha transformado en un profundo desencanto. La población ya no quiere excusas ni discursos; lo que exige son acciones concretas que aborden los problemas que siguen afectando al país.

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