El republicano negocia en pleno para asegurar los votos necesarios y evitar una crisis de unidad en el Congreso
El republicano Mike Johnson se consolidó este viernes como presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos tras una reñida votación en la que consiguió los 218 votos necesarios para renovar su mandato. El resultado fue posible gracias a intensas negociaciones realizadas en el mismo pleno, que permitieron cambiar el sentido del voto de dos congresistas republicanos y evitar un desliz en la cohesión del partido el primer día de la nueva legislatura.
Johnson obtuvo 218 votos frente a los 215 del demócrata Hakeem Jeffries, quien contó con el respaldo unánime de su bancada. Sin embargo, el camino hacia la victoria no fue sencillo. Al finalizar la primera votación, Johnson tenía solo 216 votos debido a que tres republicanos decidieron apoyar a otros candidatos. La situación generó una pausa en la sesión de cerca de 30 minutos mientras el líder republicano buscaba revertir el panorama.
En ese lapso, Johnson abandonó el hemiciclo acompañado por los congresistas Keith Self y Ralph Norman, dos de los republicanos que inicialmente no lo habían respaldado. Tras una breve conversación, ambos legisladores cambiaron su voto, inclinando la balanza a favor de Johnson. El tercer disidente, Thomas Massie, mantuvo su postura y votó en contra, pese a las conversaciones que, según testigos, involucraron a la congresista Marjorie Taylor Greene como intermediaria.
El resultado evitó lo que habría sido un arranque accidentado para los republicanos en la nueva legislatura, donde mantienen el control de la Cámara Baja. Johnson, quien cuenta con el respaldo del expresidente Donald Trump, asume nuevamente el rol de segundo en la línea de sucesión presidencial, detrás del vicepresidente.
Un liderazgo reforzado en medio de desafíos
La elección de Johnson es vista como un triunfo estratégico para el Partido Republicano, que busca proyectar unidad en medio de un clima político polarizado. No obstante, la votación expuso las tensiones internas dentro de la bancada republicana, que deberá trabajar en cohesión para avanzar en temas clave como el presupuesto y la política exterior.
El apoyo de Donald Trump fue fundamental para consolidar la candidatura de Johnson. Durante los días previos, el expresidente mostró su respaldo público, lo que ayudó a asegurar los votos de algunos sectores más conservadores del partido.
Por su parte, los demócratas, encabezados por Hakeem Jeffries, destacaron la importancia de una oposición firme y cohesionada frente a las políticas republicanas que dominarán la agenda legislativa de los próximos años.
Con su liderazgo renovado, Johnson enfrentará importantes retos, incluyendo la negociación de los presupuestos federales y la gestión de la polarización política que afecta al país. Este inicio, aunque marcado por la necesidad de negociaciones de último minuto, fortalece su posición como una figura clave en la política estadounidense.
