¿Renunció… pero sigue cobrando? Carlos Zelaya aún figura en planillas del Congreso

¿Renunció… pero sigue cobrando? Carlos Zelaya aún figura en planillas del Congreso

Analistas cuestionan falta de transparencia, privilegios políticos y uso de fondos públicos para mantener a exfuncionarios investigados por presuntos vínculos con el narcotráfico.

Carlos Zelaya

Tegucigalpa, Honduras- Mientras Honduras enfrenta crisis presupuestaria, desempleo y una creciente desconfianza en sus instituciones, el Congreso Nacional arrastra un escándalo que vuelve a poner en duda la promesa de “refundación” y transparencia del actual gobierno.

Carlos Zelaya, exdiputado y cuñado de la presidenta Xiomara Castro, sigue cobrando un salario mensual del Estado, más alto incluso que el del actual presidente del Congreso, pese a haber renunciado a su curul tras un escándalo que lo vinculaba con supuestos nexos con el narcotráfico.

El silencio institucional y la opacidad con que se ha manejado el tema desataron una ola de críticas de analistas que ven en este caso un símbolo del doble discurso del oficialismo.

“Es increíble. Cualquier hondureño que falta a su trabajo, pierde el día. Pero aquí tenemos a un exdiputado envuelto en un narco video, fuera del cargo… y aún cobrando como si nada”, expresó el analista Henry Salinas.

El hecho ha sido calificado como una señal clara de cómo el Congreso, hoy controlado por el partido Libre, opera sin rendir cuentas ni respetar las reglas que exige a otros.

Denis Gómez, exmagistrado y analista político, fue más duro:

“Libre llegó al poder diciendo que lucharía contra la corrupción. Hoy lo que vemos es un Congreso que supera en oscuridad y privilegios a los que tanto criticaron”.

Gómez además advirtió que la corrupción “no es de izquierda ni de derecha, es de conveniencia”, y que este tipo de casos destruyen la confianza ciudadana en las instituciones democráticas.

Para el abogado Rafael Jerez, el caso de Zelaya “revela el verdadero rostro del Congreso del Pueblo”:

“Un poder del Estado que usa los recursos públicos para pagar lealtades políticas, no para servir a la población.”

Zelaya había renunciado tras la difusión de un video que lo relacionaba con presuntos tratos con actores del narcotráfico para financiar campañas electorales. Aunque el escándalo lo obligó a dejar el cargo, su nombre nunca salió de planillas, y ninguna autoridad ha dado explicaciones claras sobre por qué continúa cobrando.

En un país donde miles luchan por legalizar tierras, acceder a medicamentos o mantener pequeños negocios, la idea de que un político retirado y cuestionado siga cobrando sin trabajar encendió nuevamente el debate sobre la impunidad de las élites.

sinfiltrohns@gmail.com
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