EE. UU. ordena registro obligatorio para extranjeros: quien no lo haga será deportado
La Casa Blanca advierte que migrantes con más de 30 días en el país deben inscribirse o enfrentar arresto, multas y prohibición de reingreso.
Washington, Estados Unidos-La administración del expresidente Donald Trump ha dado un paso polémico en su política migratoria tras la aprobación judicial de una nueva medida que exige a todos los extranjeros en Estados Unidos registrarse ante el gobierno federal si permanecen más de 30 días en el país. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, advirtió que quienes no cumplan con esta norma enfrentarán arresto, multas, deportación y una prohibición permanente de ingreso a territorio estadounidense.
La medida fue avalada por el juez federal Trevor Neil McFadden, quien argumentó que la orden no impone un nuevo requisito, sino que refuerza una norma existente sobre el registro de no ciudadanos. El gobierno ha indicado que el registro se debe realizar a través del sitio web del Servicio de Ciudadanía e Inmigración, y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) recordó que la omisión de este proceso puede considerarse un delito punible.
Sin embargo, organizaciones proinmigrantes han reaccionado con firmeza, calificando la política como un “ataque disfrazado” que busca facilitar deportaciones masivas. Varios colectivos, entre ellos la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA), presentaron una demanda legal ante un tribunal del Distrito de Columbia, alegando que la medida fue impuesta sin el debido proceso de consulta pública ni claridad jurídica.
Los demandantes advierten que la directriz podría generar caos, ya que no especifica con claridad cómo serán considerados migrantes amparados bajo programas como el TPS o DACA. Además, denuncian que exigir a los extranjeros portar en todo momento una prueba de registro es una forma de criminalización que recuerda a medidas discriminatorias del pasado.
Mientras el debate legal se intensifica, defensores de derechos humanos continúan alertando sobre el impacto humano y social que esta política podría tener sobre millones de inmigrantes que, aseguran, contribuyen activamente a la economía y al tejido social de Estados Unidos. Pese a las críticas, la Casa Blanca
